MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

06 enero 2013

VUELTA AL MUNDO 2013,CAPITULO. 1 – DE ESPAÑA A UCRANIA

VUELTA AL MUNDO 2013
 CAPITULO. 1 – DE ESPAÑA A UCRANIA

 




DIA 1 ASTURIAS –BARCELONA-GIRONA

La noche antes de un viaje, uno no suele dormir bien, hay una cierta tensión, emoción y ganas de comenzar combinado con un pequeño temor a como será lo que no se conoce. En mi caso esa sensación había ido convirtiéndose en más rutinaria de lo normal al aumentar el numero de veces que pasaba por esas noches. En esta ocasión la noche fue corta porque como casi siempre dejo la maleta, en este caso mochila, para lo último, y claro me dieron las dos de la mañana preparándola, acabando de guardar y pensando en que cosas llevar. Mi madre comienza quince días antes a prepararla para ir una semana de viaje, los nervios serían terribles si se marchara casi tres meses y a dar la vuelta al mundo. Una madre siempre se preocupa por todo y por todos, que bien que existan las madres.

Yo también tuve que empezar a preparar, y con tiempo, otras cosas como son la complicada obtención de los visados de Rusia y Mongolia. Sobre todo por el hecho de tramitarlos directamente, sin usar una agencia, y por ser un viaje independiente y sin todas las reservas previas. Pero con paciencia y en unas cuantas semanas llegaron junto a mi pasaporte, que comenzó el viaje antes que yo, al pasearse por los consulados de Madrid y Barcelona con mucha calma.

Me gusta viajar con muy poco equipaje, una sola y pequeña mochila, pero en esta ocasión lo mínimo para meter ropa de abrigo y algún cambio para cuando me moje y no quiera quedarme congelado, hace que tenga que preparar dos mochilas, una grande con ropa y otra pequeña con mini pc, cámara y demás cosas de valor.

Apenas sin dormir, de madrugada al aeropuerto de Asturias destino Barcelona con Vueling. Despedida de mis preciosas chicas y vuelo a la ciudad condal. Llegada a nueva terminal y shuttle a la antigua para coger el tren desde el Prat a Girona, vía Bcn Sants. Me voy hacia Girona porque he conseguido un vuelo muy económico desde este pequeño aeropuerto a Kiev, mitad de precio que desde Barcelona, merece la pena cambiar de provincia...

Mis planes son intentar dar la Vuelta al Mundo por el hemisferio norte y utilizando como transporte el tren en todos los países que visite en mi ruta. Así que comienzo en España con este pequeño trayecto de apenas dos horas hasta la vecina Girona. Luego si todo va bien usaré trenes de Ukrania, Rusia, Mongolia, Corea, Japón y Canadá. Mucho rail, muchos kilómetros, pero es la vuelta al mundo.

En el tren entablo conversación con mi compañero de asiento, un joven negrito que me comenta es ghanés. Me alegra comentarle que conozco bien su país ya que hace unos años hice viaje transahariano en coche hasta llegar, después de 10000kms africanos y hacer el recorrido del rally Dakar, hasta Ghana. Se sorprende que este “blancucho” haya hecho tal viaje a la inversa en su “moderna patera 4x4” y más aun cuando le menciono sus conocidas ciudades que conocí recorriendo su país de sur a norte: Accra, Kumasi, el pueblo Ashanti, tribu de elegante porte. No paramos de hablar de su país y de lo mal que ahora está su país de acogida. Lleva un año sin trabajo después de cinco años en Cataluña trabajando en la construcción. Le animo a que sino encuentra nada retorne con su familia a Ghana, allí con su experiencia de aquí sería de los mejores. Encima Alí habla perfectamente cinco idiomas, que lujo su espíritu de aprender además del inglés y su lengua tribal, francés, español y como no catalán. Opino que hay inmigrantes que deberían tener más suerte por el esfuerzo que les supone adaptarse a otro país y las ganas que ponen, nosotros casi siempre esperamos nos sea todo mas fácil y enseguida caemos en la desesperación cuando las cosas no van. Suerte amigo Alí, te la deseo de corazón.

Llegamos a la estación de Girona, y como tengo tiempo me dedico a visitar esta preciosa ciudad a través de la animada rambla, viendo sus coloridos edificios colgando al rio y finalmente su fenomenal centro histórico coronado por sus poco homogéneas catedral e iglesia de Sant Feliu. Paseo por las callejuelas del barrio judío y observo en toda la ciudad muchísimos balcones con banderas catalanas. Aunque sé que es ir un poco contracorriente, pienso al ver tantísimas esteladas en todos los edificios que tarde o temprano, si la mayoría de un pueblo con lengua y tradiciones propias busca su independencia, al final la tendrá, aunque al resto del país no le agrade la idea. Pasará lo mismo con Palestina, Sahara, Kosovo o Escocia, es cuestión de tiempo, pero las nacionalidades más fuertes se acaban independizando, veremos si esta lo es. Eso si, quizá en toda Catalunya no haya ahora todavía esa gran mayoría necesaria para tan magno plan, que históricamente existe y se puede palpar en la provincia de Girona. Tengo mucho que agradecer a esta tierra que hace unos cuantos años fue punto de partida de uno de mis proyectos.

Al final de la tarde me desplazo en bus al pequeño aeropuerto gerundense para tomar el vuelo de una compañía totalmente desconocida para mí hasta ahora, Wizzair. En la cola para facturar casi todos son ucranianos, retraso en el vuelo y salida casi a medianoche hacia Kiev, en un pintoresco Airbus de color fucsia.



DIA 2 GIRONA – KIEV

Vuelo tranquilo hasta llegar, hacia las tres de la mañana, a la capital ucraniana tapada por un gran manto blanco, que hizo al menos diferente el aterrizaje, al dejar una nube de nieve en suspensión el deslizamiento por la pista. Recuerdo experiencias similares al aterrizar por primera vez en nieve en el 88 en Sofía (Bulgaria) y hace menos tiempo en una pista de hielo en Rovaniemi (Laponia).

Bajada del avión sin “finger” y comienzo a prepararme para el frío paseando por la pista hasta la terminal, nevando y unos dos grados bajo cero. Después de control de pasaportes cojo mi mochila y me dispongo a dormitar unas horas en la terminal hasta que amanezca.

La forma más económica de trasladarse al centro de Kiev es un autobús local a las afueras de la terminal. Cambio algo de dinero en moneda local, por 1 euro consigues unos 10 Grivnas, y me voy para el bus, que después de adivinar en carteles en cirílico cual se iba hacia la zona de Universitet donde tenia localizado un económico backpackers, resulta ser una destartalada y pequeña furgo con muchos viajeros dentro. Subo como puedo con mis dos mochilas y una gran señora ucraniana me invita a que pase hacia atrás. Casi no me puedo mover con las dos mochilas y no soy quien a pasar, entonces la robusta ucraniana me empieza a reñir en potente ucraniano y paso como si “furase por una pared”. Madre mía, si me empiezan riñendo aquí así, no quiero ni imaginarme como será en Rusia, que carácter.

Me poso donde me indica mi nueva amiga a la voz de “Arrr”, y resulto estar cerca de la estación. Había descargado un plano en mi móvil de Kiev y veo que estoy cerca de la calle del hostel, al menos riñendo y todo me ayudo bastante la inmensa señora.

Comienza una nueva sensación del viaje, y es la de no caerse caminando por las calles que son hielo puro consecuencia de las grandes nevadas acumuladas en las ultimas semanas en la zona. Localizo el hostel con un simpático sistema de apertura de puertas por claves mecánicas en los pomos de las mismas. El hostel resulta estar en el quinto y claro sin ascensor. Comienzo la ascensión, al final me falta oxigeno para coronar con las dos mochilas a la espalda, pero no requiero de oxigeno adicional.

Apenas son las ocho de la mañana, pero me dejan instalarme ahorrándome así la primera noche de viaje. Aquí como en el pueblo, las madreñas, botas y demás calzado se deja a la puerta y se pasa descalzo para no manchar. Suelo de parquet y buena temperatura dentro.

Mi habitación es de 14 camas y solo estamos dos, no se me hace pequeña, no. Intento descansar un poco antes de salir a visitar Kiev, pero lo tengo que dejar por los fuertes ronquidos de mi compañero de cuarto. Como ronca el chaval, como el faro de Peñas en día de niebla.­ Eso sí el hostel sencillo pero limpio y calentín, y muy muy barato, unos 7 euros al cambio.

Salgo a media mañana con poco peso y feliz de comenzar a descubrir una nueva ciudad, en este caso bastante sobria y fría, al menos ahora en invierno, aunque cuando te acercas a la estación de trenes todo cambia. Mucha actividad, negocios en los pasos subterráneos, gente con gruesos abrigos y afanados empleados municipales rompiendo hielo a “palote” y retirándolo de las aceras para intentar evitar caídas, aunque ya están muy acostumbrados a moverse por tan resbaladiza superficie.

Descubro una de las pasiones de los habitantes de Kiev, uno de los tantos Mc Donald repartidos por la ciudad. En este caso en este no cabe un alfiler, hay que entrar empujando, les priva el gigante americano. No obstante hay que reconocer que para comer algo rápido merece la pena, además aquí el euro ahorro consiste en hamburguesa o patatas o bebida por unos 65cts de euro al cambio. Vamos que con dos euracos quitas el hambre y además te puedes conectar gratis a internet. Pero ahora a ver como salgo, porque no para de entrar gente y gente, parece un concierto de los Rollings.

El café en la calle se puede tomar en unos artesanales coches con la cafetera instalada en los asientos traseros, que invento, original a tope. Me gusta lo original, sencillo y sobre todo práctico.

Desde Central Station me meto al metro, mas que al metro a una mina, porque las escaleras de bajada mediante cintas mecánicas te bajan a gran profundidad, más de cien metros y cuando acaba esa en algunas estaciones empieza otra tan o mas larga que la anterior, que me imagino sea para bajar al nivel del rio, a mucha menos altura que el centro de la ciudad. No se compra billete sino una especie de “ jetón” que introduces al pasar los contadores de acceso, y el precio genial, 20cts/viaje.

Y empieza la aventura de descifrar los jeroglíficos que son los carteles en escritura ucraniana o rusa en alfabeto cirílico. Te acostumbras enseguida, te acostumbras enseguida a no entender nada, así que a manejarse con el dedo que todo lo indica y todo lo sabe, pero claro el carácter eslavo no es muy amable que se diga, por lo que hasta que alguien se para a ayudarte tuviste que pedir ayuda a cuatro o cinco, y el quinto por lo menos se para y te mira, como diciendo que querrá este occidental. Pero cuando al final uno te indica el camino hacia la estación deseada empleas la única palabra que sabes en ruso –Spasiba,spasiba-, pero tampoco les gusta mucho que des las gracias así, porque aunque todos entienden el ruso, su independencia de la madre patria, les hizo usar el ucraniano como lengua principal dejando a un lado el antes omnipresente ruso. Como os comentaba antes sería lo mismo que creo pasará y pasa en Catalunya con respecto a España. El caso puede llegar a ser muy similar. Para mí es indiferente cuales sean las fronteras sobre un mapa pero siempre que se pinten pacíficamente, no tienen sentido los cambios cuando por el camino quedan miles de muertos. Quizá todas las republicas independizadas de la antigua URSS, tengan que agradecer a Mijail Gorbachov, una transición sin demasiadas victimas y un cambio radical en muy poco tiempo. Aun así la dominación rusa durante tantas décadas ha dejado un sentimiento de odio contenido, combinado con respeto a los muchísimos rusos que aún viven en estas repúblicas.

Hay muy pocos carteles o planos en el metro, y todos en cirílico, así que casi te bajas a ojo. Me poso en la estación del metro de la calle principal de Kiev, Khreshchatyk, con grandes edificios de oficinas, centros comerciales, y muchísimas tiendas en este gran boulevard hoy cerrado al tráfico por ser días festivos navideños. Entre ellas la de la marca deportiva tan llamativa en las olimpiadas “Bosco”. En la calle, todo tipo de atracciones para los mas pequeños, gente con trajes navideños, alquiler de ponis para paseo de los niños, y al llegar a la plaza de la Independencia un gigantesco árbol de navidad plagado de luces que ascienden y descienden al encenderse y apagarse en su recorrido.

La plaza (Maidan Nezalezhnosty) en ucraniano, la recordareis muchos porque fue el centro neurálgico de todos los acontecimientos acaecidos durante la llamada “revolución naranja”, encabezada por la hoy en prisión Yulia Timoshenko y el opositor Yushchenko, al candidato gubernamental Yanukovich.

Y como os decía antes con la señora del bus, aquí cuando se ponen a reñir se ponen “gafos, gafisimos”, llegando incluso a intentar envenenar a Victor Yushenko, o luego encarcelar y ya van unos cuantos a la dirigente de la coleta enrollada, como me recuerda a la estatua de la libertad esta mujer. Espero salga pronto, aunque como sus compatriotas riñe también muy alto. Es broma, no me malinterpretéis, toda la gente es distinta en su carácter aunque en el fondo siempre te acaba ayudando alguien, aquí y en todas partes. Solo hay que tener un poco de paciencia.

Desde la plaza se puede ascender hasta la como casi todas las templos ortodoxas, catedral de Santa Sofía, que preciosidad de cúpulas doradas en forma de bulbos. Viendo a mi paso enormes hoteles de lujo iluminados para las fiestas, a unos doscientos metros, y ya haciéndose de noche, aquí oscurece muy pronto, otro espectacular templo, la catedral de San Miguel y el monasterio de las cúpulas doradas en la plaza Mykhailivs’ka.

Atravesando su gran jardín completamente nevado se llega hasta un iluminadísimo funicular que puedes tomar para bajar hasta el rio Dniéper, quien atraviesa la ciudad y separa la zona antigua de la más nueva. Lo tomo por unos 30cts y bajo en él por una fuerte pendiente hasta la altura del rio para desde allí ver esta parte baja de la ciudad.

Bajando la temperatura a esas horas me vuelvo a mi no iluminado ni lujoso pero muy acogedor hostel en Kiev, y con lo que cuesta dormir una noche con tantas bombillas, yo dormiré casi 15. En la vida siempre hay que escoger: tiempo o dinero, me quedo con el tiempo, para mí tiene más valor.
Se seguirá contando cosas...

4 comentarios:

  1. '¡Qué envidia enfermiza! Cada vez que emprendes uno de estos maravillosos viajes, y aunque en parte viaje contigo, me entran ganas de seguir tus pasos, o mejor aún, de acompañarlos. Pero me falta tu valentía para enfrentarte y superar las numerosas dificultades que vas encontrando por los caminos.
    Así que realizaré el Viaje alrededor del Mundo frente a mi Imac acompañándote en el camino pero con el calor del hogar.

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    1. Me presta tenerte ahí siguiendo el viaje, y animando. Un abrazo fuerte.

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  2. Que gusto da ver que ya estas de nuevo en marcha.Como bien sabes lo importante es el camino, no el destino, aunque a veces sea más divertido salirse del camino marcado.
    Te deseamos (incluyendo los dos locos bajitos)lo mejor para tu estupendo viaje, y cuidadín con el Vodka, que para el frio va estupendo.
    Saludos.

    Pd.Estoy leyendo por casualidad la biografía de un aventurero ucraniano llamado Fyodor Konyukhov
    que hizo entre otras cosas....Primer ruso que consiguió los 7 "summits",es decir subir la montaña más alta de los 7 continentes.Ha estado tres veces en el polo Norte,en el polo Sur.Cruzó el Atlántico a remo. Dió la vuelta al mundo 4 veces en solitario a vela, la Vendee Globe, la vuelta a vela a la Antártida.....en fin,no te lo acabas. Si fuera yanqui ya habrian hecho 3 películas de su vida.

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    1. Gracias Jose & family. Esa vuelta a vela nos queda pendiente en esta vida. Pero por que no soñarla?
      Un besí para Bety y diles a Manel y a Lucas que hay muchos muñecos de nieve y figuras de hielo.
      Abrazo Jose.

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