MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

21 septiembre 2011

VIAJE CENTROAMERICA VII

BLOG CENTROAMERICA VII

de Alberto Campa Montes, el Lunes, 17 de enero de 2011, 2:19




13 ENERO CAYO CAULKER


Hoy tengo una vision, despierto y creo ver mis tejanos de pie al lado de mi. Me doy cuenta que los dias de viaje hacen necesaria una colada. Despues de noche movida por el fuerte viento, amanece como el dia anterior y ya veo que no se va a poder salir a bucear, no obstante nos acercamos hasta la cabania de buceo y nos dicen que suspenden el viaje de buceo al Blue Hole asi como todas las salidas del dia, incluidas las de snorkel de mis amigos. Las botellas hoy no se vaciaran de aire, tendran que esperar. 
Botellas sub

Para el dia siguiente creen que estara parecido y ademas nos tendremos que ir, pero bueno cuando no se puede, no se puede y la verdad es que el mar esta muy agitado, lo intentare cuando este en Honduras, otro buen sitio para el buceo.Quien si estan en  el mar son los kitesurfer que aprovechan el fuerte viento para navegar con sus velas a gran velocidad.
 
Barco rasta

Asi que decidimos recorrer toda la isla, que nos lleva solo la maniana por las reducidas dimensiones. En Cay Caulker no hay coches ni motos, la gente se mueve en una especie de carritos de golf electricos o en grandes bicicletas, aunque andando no te lleva mas de 45 minutos ir de una punta a la otra.


Bicis


Carritos electricos

Es simpatico ver desplazarse a la  poblacion, desde un rasta en carrito hasta una gran negra en bici, o a la policia patrullando en un pequenio quad. Ademas, aunque podais imaginaros un cayo en el caribe como algo paradisiaco y lujoso este os aseguro que es todolo contrario, todo muy para pasar el dia a dia sin grandes esfuerzos, y trabajando lo imprescindible. Hasta los perrillos, hay muchisimos por todas partes, estan contagiados de fuerte pereza cotidiana.

Bar de playa

En una punta de la isla, donde esta la unica playa, un bar destartalado hace de pub de moda en la noche, y caminando hacia el sur se atraviesan las dos unicas calles con negocios que tiene el cayo, por donde los ninios se van al cole andando y en sus bicis, y los repartidores dejan sus bultos usando bicis furgo.


Bici de reparto

Casi llegando al final del cayo nos encontramos con el cementerio, muy particular con tumbas simples en la arena, al lado de nostalgicos hipis con tumbas coloridas llenas de estrellas.


Tumbas del cayo

Muy cerca un monumento pacifista israeli, muy presentes en la isla, muestra muchisimos lemas pacifistas.
Monumento israeli

Y un poco mas adelante sin casi darnos cuenta entramos en la pista del aeropuerto de la isla, viendo a nuestra derecha la grandiosa terminal, aunque no tenia fingers, si poseia escalerillas para bajar de los aviones de un tamanio, como comprobareis en la foto, considerable.
Aeropuerto

Se pueden ver casas de chapas destartaladas al lado de otras con una mejor imagen, aunque aqui la casa es secundario, total si no es un anio, en otro se la llevara un huracan, asi que no hay que matarse mucho.


Casas de madera

Casi todo el cayo es un gran manglar, desde donde se pueden apreciar otros cayos cercanos con pequenias playas.

Manglar

Al regresar por la otra costa pasa sobre nuestras cabezas un pequenio avion que aterriza en la corta pista, dejando despues  a los nuevos visitantes y su equipaje. Un destartalado cartel avisa que si se atraviesa la pista la sancion es de 500.000 dolares, lo dejamos para otro dia.

Cayos cercanos

Ya de regreso me acerco a preguntar a una bonita cabania de nombre Chocolate, que anuncia salidas para ver manaties, me recibe un anciano belizenio llamado Lionel, pero que me dice que todo el mundo lo llama chocolate por su color de piel, ni negra ni blanca sino chocolate con leche.
Lionel Chocolate

Desgraciadamente hoy el mar tampoco esta para ver manaties, pero nos quedamos charlando un rato y sus recuerdos afloran. Sale todos los dias con su lancha a enseniar los manaties a quien quiere saber mas de esta especie de animales que durante anios la poblacion cazaba para comer, aunque como me dice Lionel solo aprovechaban dos pequenios lomos del animal. Lionel tiene 82 anios y desde pequenio intento que la gente no los matara, y fueran protegidos. Lo consiguio un dia en una reunion con una autoridad local que fue a verlos en su lancha y le dio todo su apoyo, para que nadie les perturbara en exceso y pidiendole que fundara su propia empresa para visitar de una forma responsable a los manaties. Desde entonces sale todos los dias que el mar lo permite y deleita con una clase magistral de experiencia vivida con ellos.

En la noche cenamos algo en el bar de nuestra casera, quien nos cuenta su vida en Holanda y el gran cambio que supuso venirse a vivir al cayo. Ella no se arrepiente, vive sin ningun estres con su marido belizenio y sus tres perros.
Nos vamos a dormir preparados para otra noche de ventoso ruido y esperando los cercanos cocoteros no decidan dejar caer sus proyectiles sobre el fragil tejado. 

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